– Como toda manifestación cultural, la indumentaria maya ha estado sometida a procesos de cambio provocados por factores políticos, económicos y religiosos. –
El vestuario básico del periodo Clásico (250 – 900 d.C.) consistía en huipiles y enredos para las mujeres y taparrabos y tilmas para los hombres. La vestimenta prehispánica sufrió su primera gran transformación en el siglo XVI al adaptarse a los cánones de dominación española, que pretendía cubrir todo el cuerpo, por lo que el traje masculino fue el más modificado.
A lo largo del siglo XX, las tejedoras mayas de Chiapas y Guatemala incorporaron los coloridos hilos industriales de algodón y los de fibras creadas por el hombre; como la artisela, que ha sustituido a la seda, y el acrilán a la lana. Esto provocó, en muchas comunidades, un incremento de la policromía, sobre todo a partir de las décadas de 1970 y 1980.
Por otro lado, los diseños se han hecho más abundantes ya que en muchos lugares, desde la década de 1930, se han recuperado técnicas de tejido perdidas. Asimismo, en las últimas décadas, cooperativas de tejedoras y programas de apoyo de distintos organismos y fundaciones en Chiapas han promovido la recuperación de los colorantes naturales y la conservación de tejidos de calidad.